miércoles, 8 de octubre de 2008

El problema de la Medición de la Inteligencia.

Medir la inteligencia es un tema bastante controversial, porque ni si quiera se puede definir con exactitud qué es realmente, unos dicen que es la adaptación al medio, otros que la capacidad de abstracción, etc.
Pero la inteligencia va mucho más allá que la de tener las estrategias óptimas de contestar adecuadamente unas preguntas en un papel; más bien tiene que ver con la vida misma, con la capacidad de resolver problemas como dice Gagné, pero en la supervivencia cotidiana, y ni poniendo tanto énfasis de la resolución del conflicto racional, sino que en los problemas emocionales y existenciales que sí tienen significado auténtico para el individuo. Esas son las reales dificultades que quitan tiempo al sujeto para resolverlos.
Por estos motivos la manera de evaluar la inteligencia sigue siendo inverosímil, la importancia emocional que se tienen al dar las respuestas de los test son mínimas por lo tanto el énfasis intrínseco que se posee al contestar las peguntas no alcanza el umbral suficiente para que se haga un esfuerzo verdadero para una buena contestación.
Y con empirismo se puede señalar que muchos test de inteligencia no tienen confiabilidad porque no miden lo que se desea medir, porque no toman como factores la ansiedad o el estado psicoafectivo de los evaluados.
Entonces no se mediría el real potencial de los individuos que se estarían evaluando.
Mas que medir la inteligencia la respuesta estaría en medir la motivación de aprender, porque todas las personas (sin daño orgánico) tienen una capacidad impresionante de cultivarse, siempre dependiendo cual sean sus intenciones. Medir la inteligencia tal vez tenga un objetivo práctico, sin en embargo la importancia es el uso que se le dará a la inteligencia.
Mejor sería, en vez de medir la inteligencia, medir la motivación del aprendizaje. (Yo Lucho)